24 de abril de 2006


Nada más. Ya no espero nada más. Me ilusiono al pedo, a pesar de que sé que no me tengo que ilusionar. Me hacen ilusionar al pedo, a pesar de que aviso que no me tengo que ilusionar más.

Hace unos días me di cuenta de una cosa muy grave: perdí la capacidad de amar. Así es, porque cada vez que me ilusiono con alguien, hay algo que me baja de ondazo. Ya no m permito ilusionarme. Ya no me permitía ilusionarme, hasta hoy. Hoy me convencieron de que me ilusionara. Automáticamente me ilusioné, el esbozo de ilusión que tenía se destruyó. Es así siempre. Ya no creo que para mí haya algo por acá, por este mundo, que llene ese espacio que nunca estuvo completo. Ya no creo en nadie, ya no distingo entre quienes me quieren y quienes no, porque para mí ninguno lo hace.

Trato de seguir adelante, pero a veces es tan difícil... Hay momentos en los que me encantaría poder vivir encerrada en mi habitación, con mi música y mis elementos favoritos, sin tener en cuenta todo lo que está pasando afuera, sin tener en cuenta a nadie ni lo que piense de mí. Pero es entonces cuando la alarma suena y acá estoy otra vez, viendo qué puedo hacer para terminar ese día lo menos rota posible.

Hoy me dijeron que todo tiene que ver con mi falta de auto-estima. ¡Chocolate por la noticia! fue mi respuesta. Y es así, no es ninguna novedad que no creo en mí. Es principalmente por eso que no creo en nadie ni en nada. No creo que haya nadie para mí, no creo que pueda ser capaz de volver a querer a una persona como quise en algún momento, no creo que viva lo suficiente como para decir el día que me muera "¡Qué buena vida!", no creo, no creo, no creo...

Y así hay que seguir adelante, mostrándole a los demás que si una puede, ellos también deberían poder...

18 de abril de 2006

Nada más


Quisiera mostrarte
Quisiera que pudieras verlo
Simplemente verlo
Y que más allá de lo imposible
Pudieras verlo

Quisiera que me vieras
Aunque difícil, me vieras
Y llenando tu espíritu
Me vieras

Pero es como querer vivir
Como pretender respirar
Cuando ya nadie más lo hace
Cuando ya nadie más está

Quisiera que viviéramos
En el mismo planeta
O que sino vinieras
A visitarme a mi planeta

Quisiera que no fueras ciego
Más que nada abierto
Y que más que nada oyeras
Lo que te envío con el viento

15 de abril de 2006

Aparentemente...

¿Es realmente tan necesaria la opinión del resto del mundo? Aparentemente sí. Es decir, todos te dicen que no son necesarias pero cuando respecta a ellos toda opinión externa es prácticamente de vida o muerte.

Entonces, ¿qué hay que hacer para perder el miedo a los demás? Hoy vi "La era de hielo 2". En un momento Sid (el más tonto, destructible y miedoso del grupo) le dice a Diego (el tigre, el que siempre los cuida y nunca demuestra miedo a nada) que debe meterse al agua, ya que le tiene miedo. El tigre responde que sólo las presas tienen miedo, a lo que Sid alega que entonces más todavía debe animarse a entrar al agua, o sino él será la presa del agua. ¿Será ésta la razón por la que no nos animamos a mostrar nuestro miedo a ser diferentes? ¿Para no ser presas de los demás?

Quizás sea una característica de los humanos, como la masa es una característica de la materia. El miedo a la sociedad no fue siempre el mismo, y cada vez veo más gente que lo siente, pero al mismo tiempo veo que la gente que no lo hace se vuelve más fuerte y líder.

El miedo no es algo malo siempre y cuando se reserve a nosotros, ¿o no? Creo que es momento de empezar a sentir que el miedo es simplemente otra sensación, como el frío, el calor o el amor. ¿Esas sensaciones le molestan a alguien?

Mirá lo que digo...


Es mi primer post y lo hago porque tengo algo que me sorprende. Increíblemente recuperé mi sentido de la felicidad. No, no mi felicidad, mi sentido de la felicidad. Ese sentido que te hace ver dónde o quién es feliz, o qué podría hacerte feliz.

Demasiada rutina aburre a cualquiera, ¿no? A mí también. Pero me animé a hacer una boludez, pero algo que sale de mi rutina, de mi forma habitual de ser. Y resultó, de verdad.

No puedo decir que no estoy más que satisfecha con el resultado. Quizás no sea lo que estaba buscando, pero causó el mismo efecto en mí: logró volver a hacerme sonreir de cualquier cosa. Ya sé que eso no parece ser muy difícil en mí, pero créanlo o no, lo es.

Espero seguir animándome y recibiendo buenas respuestas como ésta.

Espero que así sea.

¡Qué buena manera de empezar un fin de semana!