30 de agosto de 2010

El niño interno.-

El sueño que vislumbraba se agotó.
Nuestras miradas quietas se ahogaron en la 
ignorancia de sabernos vivos. 
Y así, de repente, la nada.

Tengo un par de secretos
que guardo con rencor
(con el miedo de perder lo que sabemos
que no podremos recuperar).

Supongamos que no hay silencios
sino que todos los ruidos
se aúnan en un sólo pueblo,
en una calle, en una canción. 
Cuanto más gritamos
menos nos herimos.
Cuanto más callamos
menos te siento.

A lo lejos, una balsa.
A lo lejos, cientos de miles de 
hogueras.
Nosotros, inertes, nos amamos,
suponiendo que todo pasa sin ser.

Cuando los aullidos de la noche
me llaman al silencio, 
te espero.
Éramos únicos,
todo, no había más.

Un rayo aniquila mi imaginación.
Tus ojos, la hiel que me carcome.
Y acá yo, esperando a que tu sensatez se vaya.

[Necesito que te rías]

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanto muy lindo poema pau, yo tambien estoy escribiendo! soy charly d la pampa. Voy a chusmear tu blog, saludos !!