9 de febrero de 2010

Inabandonable.-



- "He's just NOT that into you"

Podría dejar todo como estaba, o podría volver a empezar. Cualquiera fuera la elección, todo parecía inútil: el problema esta vez tenía un nombre y ese nombre era yo. Yo y mi imaginación, una de esas pocas cosas que no logramos dejar en casa cuando nos escapamos al trabajo, a la facultad, al gimnasio. Y claro, en mi imaginación venía él, que en este momento se hacía llamar Esteban, pero podía cambiar sucesivamente porque él era mi imaginario príncipe azul. Él, la forma en la que hacía que me enamorara de él, le forma en la que buscaba que se enamorara de mí, lo felices que éramos cuando finalmente podíamos estar juntos. Cada minuto del día que se vaciaba se llenaba con su imagen y mi reciente y plagiada novela. Todo se repetía, en ciclos cada vez más cortos. ¿Y la realidad? Bien, gracias, creo. Hace tiempo que estoy alejada de ella. Es que sencillamente es más simple abandonarme a la victimización que viene después de darme cuenta de que más que príncipe azul, Esteban era un chico, uno más de esos que simplemente no estaban tan interesados en mí. Como lo habían sido cientos antes que él, y lo serían miles después. Porque, claro, la vida merece ser vivida de la manera más burbujeante posible, y si mi corazón estaba plantado en algún lugar extraño fuera de mi vida, entonces sería imposible que eso pasara. Pero lo que siempre recordaba, y siempre volvía a olvidar, era que mi corazón había quedado en algún otro lugar hace tiempo, algún espacio donde ya era imposible volver y recoger. 

- "Surgery or love?"
- "Both."
- "No, you can't have both. Surgery or love?"
- "Surgery"
- "Surgery"
- "Surgery"
- "Are you insane? Surgery is just a job. You'll get another one. But when love of your life goes far away from you, you can't get another one like it."
-  "I'm with them. Loves come and go. Surgery stays".-

La magia de la imaginación está en creer en sus creaciones. Sino, todo parecería falso y simplemente sería una mala parodia de la televisión. Pero cuando funciona correctamente, y le creemos, podemos llegar a vivir en ella, porque no podemos dejarla en un cajón al salir de casa. Entonces, debemos elegir: o vivimos en la realidad permanentemente, o nos mudamos a la imaginación. Y ahí es cuando todo se complica, si elegimos la segunda opción. Porque vivir momentáneamente en la imaginación nos expone a que cuando volvamos a la realidad todo sea absolutamente falso, y que el corazón haya comprado la historia que parte de la cabeza le vendió. Lamentablemente, detrás de ese reconocimiento, hay un paredón de 10 x 10 mts. Y nuestro corazón que va a 220 por autopista.

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