el veintitrés*
There's a story in your voice both by damage and by choice
Abrí la alacena para tomar la misma bolsa de pan lactal de todos los días. Con la cocina fuera de su función y actuando como la estufa que no pudo ser, ocupé una de sus hornallas con la tostadora y esperé a que se calentara la habitación. Entonces entraste y te saludé como todas las mañanas, y rogué también como todas las mañanas que el desayuno te volviera a endulzar y a enamorar. El beso era igual al de todos los días, pero con esa magia instantánea que tenés cuando cada vez que sale el sol me deseás un muy buen día. Mirándote por detrás de esos ojos miel, busqué encontrar qué era lo que esperabas de ese día pero, para variar, no pude entenderte.
There's a story in your walk then you crumble just like chalk
Cerré la puerta con llave y pensé dos veces si había dejado la luz apagada. Caminé con una rapidez casi innecesaria hasta la parada de ese colectivo que no llegaría hasta quince minutos más tarde y escuché con atención durante todo el recorrido cada uno de los sonidos que me hacían recordarte. De más está decir que las bocinas de la ciudad se empecinaron en hacerme olvidarte, pero no hay nada tan poderoso como tu recuerdo, como la imagen que vive en mí de tu sonrisa brillando en tus ojos. No sé qué estarías haciendo en ese momento pero tampoco me importaba, me conformaba con sólo guardar el mayor tiempo posible tu aroma en mi piel.
There are pages I can't touch and something that's been torn out of this chapter
Bajé del colectivo no sin antes recordar que volvías a casa a las seis y que quería estar allí a esa hora para acompañarte y cuidarte como todas las tardes. Recorrí las cuatro cuadras que me separaban de mi destino comentando con mi alma la cantidad de besos que te había dado y cómo los habías recibido sin dudar, sin quejarte, sin dejarlos pasar. Hasta que a mi alma se le dio por contestarme, y demostrarme cuánto me había equivocado. No era que me amaras, era que amabas que te amara. No era que disfrutaras de estar conmigo, era que disfrutabas de lo que te podía dar. No era que habías recibido mis besos sin dudar, era que te servían para conformarte con lo que tenías y justamente no dudar. No era que llegaras a las seis para estar conmigo, era que te ibas a las seis de su casa para no estar con ella.
Once upon another time if you had the need I'd step right in the shoes that you've been walking
Buenos Aires, 23 de julio de...
Supongo que ya te habrás dado cuenta de que no estoy ni voy a estar más. Cuando saliste esta mañana decidí seguirte para solamente confirmar mis sospechas. No te voy a dejar que me destruyas, no sos quién para hacerme sufrir. No tengo más que decirte. Todo lo que te amé, todo lo que te amo, no vale más nada. No cuentes conmigo, no cuentes siquiera con mi recuerdo, con quien fui, porque si no eras quien yo pensaba, quien yo amaba, entonces lo que sentía tampoco valía.
Podés seguir con ella, podés disfrutarla, podés amarla, podés ser quién quieras ser con ella, pero jamás, jamás podrás conocer lo que es que te amen como lo podrías haber hecho conmigo.
No ganaste, no creas eso. Que tampoco lo crea ella, no dejes que lo crea.
No te olvides que todo vuelve, siempre.
Y que el 23 nunca se vaya de tu mente, jamás.
Mariposa traicionera todo se lo lleva el viento
2 comentarios:
Triste =(
Pobre la que escribe la carta. Ahora se siente muy fuerte porque acaba de firmarla, pero mañana va a desmoronarse.
Tené el teléfono a mano, Pau. O llamala vos mejor, por si se encierra.
^^
Muy lindo el texto. Hay algo de sexto sentido femenino metido por ahí, porque la mina se da cuenta de todo sin que le digan nada, y eso a los hombres se nos escapa bastante jajaja.
Me gustó!
Besos,
Santi.
Me mató el texto de hoy, como te dije pasé... y me encantó.
No se a quién se lo escribiste, pero se ve que te hizo sufrir...
es alguien real o solo imaginario? no lo sé.
Bueno sea como sea me alegró la invitación a pasar por tu blog y espero que algún día nos encontremos, aunque sea para ir a la Plaza Irlanda y charlar un rato.
Te deseo lo mejor y te mando un beso enorme.
Y abrí un Blog te dejo la dirección.
Eliel
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